ANOREXIA
TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN
El tratamiento para la anorexia nerviosa se lleva a cabo en equipo, en este trabajan enfermeras, médicos, nutricionistas y profesionales en salud mental. La terapia permanente y la educación sobre la nutrición son muy importantes para la recuperación.
La mayoría de personas que presentan esta enfermedad no reconoce que la tiene, por lo que consideran que no necesitan ser tratadas; por lo tanto, el mayor hándicap del tratamiento es ayudarle a la persona a reconocer su enfermedad, y por lo tanto la necesidad de ser tratado.
Aunque no exista un medicamento específico para tratar la anorexia, estos pacientes suelen presentar otros trastornos de salud mental como depresión o ansiedad que sí pueden ser tratados con antidepresivos, entre otros.
Se han elaborado diferentes programas de tratamiento para la anorexia, todos se centran en un aumento de la actividad social, la utilización de horarios para comer y la disminución de actividad física que realiza la persona.
El tratamiento suele comprender:
- Hospitalización
En caso de complicaciones médicas, problemas psiquiátricos, desnutrición grave o rechazo continuo a la comida puede que el paciente requiera estar ingresado. También si su vida corre peligro (alteraciones del ritmo cardíaco, deshidratación, emergencia psiquiátrica, desequilibrio de electrolitos, riesgo de
suicidio...)
Existen clínicas especializadas en la atención a pacientes con trastornos alimenticios que ofrecen atención de día, en lugar del ingreso completo.
- Atención médica
La atención médica es coordinada normalmente por un médico de atención primaria o un profesional de la salud mental y otros profesionales.
Como es una patología que da lugar a muchas complicaciones es necesario controlar con frecuencia las constantes vitales, el nivel de hidratación y afecciones físicas. Además en algún caso grave puede ser necesario la colocación de una sonda nasogástrica en primer lugar, debido al rechazo de los alimentos.
El primer objetivo del tratamiento es restaurar el peso corporal y los hábitos alimenticios (un aumento de 0.5 a 1.5 kg por semana). Para esto los diferentes profesionales de la salud deben trabajar en equipo:
- El médico supervisará las necesidades calóricas y la ganancia de peso.
- El psicólogo ayudará al paciente a desarrollar estrategias de comportamiento.
- El dietista hará planes de comidas junto al paciente para ayudarle a alcanzar el aporte calórico necesario para lograr subir de peso.
- La familia deberá servir de soporte al paciente para que mantenga estos hábitos alimentarios.
Psicoterapia
Mediante terapia en familia, que moviliza a los padres para que ayuden al adolescente a la recuperación de los hábitos alimenticios hasta que el paciente pueda tomar buenas decisiones y mediante terapia
individual. Esta última consiste en normalizar los hábitos alimenticios para aceptar el aumento de peso y dejar atrás las creencias que tiene sobre alimentarse de forma restrictiva.
Los grupos de apoyo, donde pacientes y familias se reúnen para contar por lo que han pasado también pueden ser eficaces para el tratamiento. Estos grupos también ayudan a que el paciente no se sienta solo y disminuir así el estrés.
Para prevenir el riesgo a recaídas es recomendable seguir una terapia continua o tener citas periódicas con el médico durante los momentos de estrés (períodos con más riesgo de recaída). Por otra parte, también debemos llevar a cabo una prevención primaria (destinada a personas sanas) que ayude a reducir los factores de riesgo y fomentar los factores de protección, de forma que se evite en la medida de lo posible la aparición de trastornos de la conducta alimentaria. Este tipo de prevención suele ser llevado a cabo mediante talleres y cursos para escuelas, familias, docentes, equipos de salud y monitores de comedor.
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